A ti / A vous : Jesús
- Mauricio E. Sánchez V.
- 25 mar 2020
- 3 Min. de lectura

Jueves 27 Marzo 2014
Jesús (mejor amigo):
Han pasado 2 años con 6 meses y 29 días desde aquel día en que tuve ese encuentro personal contigo. En tres días indescriptibles, le cambiaste la vida a este soberbio y miserable sirviente tuyo, templando el clima a través de la lluvia y bendiciendo las manos que prepararon cada alimento de esos días, para que este meticuloso disfrutará de tu presencia; tú me conocías, tú bien sabias lo que había vivido, tú bien sabías lo que sentía aunque nunca lo haya compartido, más yo no sabía que nadie me amaba como tú; me entregaste un nuevo corazón, uno grande para amar y fuerte para luchar, para encausar mi vida conforme a la voluntad de nuestro padre, Dios.
A partir del primer día de agosto del año 2011 tomé la decisión más radical y el compromiso más grande de mi vida, comencé a tratar de hacer las cosas como tú las harías, cogido de tu mano, inicie este camino angosto al que tú nos invitas, con la esperanza de pasar por la puerta estrecha que conlleva a tu Reino, ¡jumm! ¿¡Como cuesta, verdad!?. Tarde un poco en darme cuenta que con mis propias fuerzas no podría superar las tentaciones, pero ¡tú sabes de mi temperamento!, y poco a poco con el mayor amor que me podrías brindar, fuiste moldeándome para que llegará a comprender que sin tu gracia y ayuda nada podría lograr.
Tú sabes que durante este tiempo, muchas veces he caído y te he fallado, pues la concupiscencia que habita en mí se confabula en mi contra, ¡y este débil, tonto y ergotista individuo! cae en sus redes como el más ingenuo pajarito termina entre las fauces del gato hambriento que esperaba pacientemente el día para devorarlo; pero ahora sé que, ante esa caída, tu esperas que me levante, que me animas a salir corriendo en busque de tú encuentro para reconciliarme con el Padre, pues Él siempre nos espera con los brazos abiertos para perdonar nuestros pecados y continuar la lucha de amar a Dios sobre todas las cosas y a nuestro prójimo como a nosotros mismos, procurando convertir todos los momentos y circunstancias de nuestras vidas en ocasión de amarle, y de servirle con alegría y con sencillez, iluminando los caminos de la tierra con la luz de la fe y del amor, sabiendo que el que pertenece al mundo no puede agradar a Dios.
Este día, 26 de marzo de 2014, Señor Jesús, quiero agradecerte infinitamente por todo lo que has hecho, por todo lo que haces y por todo lo que harás por cada uno de los que nos encontramos en este mundo, por mis padres y familiares, por Tao y por Lucas, por mis amigos y conocidos, por los sacerdotes de la tu iglesia y por todas las personas con las que me relaciono y me relacionaré. Te bendigo por haber muerto por nuestros pecados, pues con tu sacrificio vivo nos libraste de la condenación a morir, te amo por tu misericordia para con nosotros y te alabo por cada uno de los milagros y bendiciones diarias que haces por tus hermanos.
Al igual que los apóstoles en el día de pentecostés, con la fuerza del Espíritu Santo, me envías a continuar tu misión de anunciar la buena nueva de Dios, invitando a la conversión para liberación de los pecados, recordando que quien ama, ama; y no sabe hacer otra cosa (San Bernardo de Claraval); y sabiendo lo débil y miserable que soy, me encomiendo a la Virgen María y te digo al igual que San Agustín: “Señor, dame fuerza para lo que me pides, y pídeme lo que quieras”.
Juan 14, 15-21: Si me amáis, guardaréis mis mandamientos; y yo pediré al Padre y os dará otro Paráclito, para que esté con vosotros para siempre, el Espíritu de la verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no le ve ni le conoce. Pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros. No os dejaré huérfanos: volveré a vosotros. Dentro de poco el mundo ya no me verá, pero vosotros si me veréis, porque yo vivo y también vosotros viviréis. Aquel día comprenderéis que yo estoy en mi Padre y vosotros en mí y yo en vosotros. El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ame, será amado de mi Padre; y yo le amaré y me manifestaré a él."
Padre Eterno! Por medio del Corazón de Jesús, mi vida, mi verdad y mi camino, llego a Vuestra Majestad; por medio de su adorable corazón, os adoro por todos los hombres que no os adoran; os amo por todos los que no os aman; y os conozco por todos los que, voluntariamente ciegos, no quieren conoceros, Amén.
Tu inútil y miserable siervo,
Mauricio Enrique Sánchez Vásquez
Crux Sacra Sit Mihi Lux
Yorumlar